México le declara la guerra a la obesidad

Por JAIME A. ZEA

The Associated Press Abraham León recibió la mala noticia durante una visita de rutina a una clínica estatal: su presión era demasiado alta y corría peligro de contraer diabetes.
León, quien mide 1,68 metros (cinco pies, seis pulgadas) y pesa 108 kilos (240 libras), tiene que bajar de peso si quiere conservar su salud.
El investigador de laboratorio de 39 años ya está bajando de peso. Se sumó a la campaña "Vamos por un millón de kilos", cuyo objetivo es que los mexicanos bajen un millón de kilos (2,2 millones de libras) en forma colectiva.
Este proyecto conjunto entre una empresa de televisión y el gobierno nacional es una de varias campañas para combatir la obesidad en México, que corre peligro de superar a Estados Unidos en la lista de países con peores problemas de sobrepeso.
Casi la mitad de los 110 millones de habitantes de México están excedidos de peso y el 8% de los niños son gordos.
"Entre más tiempo se lleva el sobrepeso, más grave es el problema", expresó Samuel Flores Huerta, director del Departamento de Salud Comunitaria del Hospital de Niños. "La obesidad cuesta mucho dinero al país".
El presidente de México, Felipe Calderón, ha encomendado a la secretaría de Educación que disponga más clases de educación física en las escuelas públicas, al tiempo que se estimula a que patronos y sindicatos faciliten el que los empleados se ejerciten.
Su gobierno dice que construyó o renovó más de 800 instalaciones deportivas abiertas al público.
El instituto nacional de salud pública promueve comidas más saludables en las escuelas, como frutas y vegetales en lugar de papas fritas y gaseosas. Además lanzó varias campañas para educar a los niños sobre las comidas más saludables.
La comida mexicana se caracteriza por un alto contenido de grasa y carbohidratos. Pero la gente que vivía en pueblos chicos comía lo que cultivaba para no tener que recorrer largas distancias en busca de alimentos.
"Hasta la década del 80, (México) no tenía problemas de obesidad y sobrepeso. Y por lo tanto, la hipertensión y la diabetes no estaban entre las enfermedades de mayor preocupación", señaló Flores Huerta.
Ahora que crece la clase media y cada vez más gente del campo se radica en las ciudades en busca de trabajo, aumentan los casos de diabetes, causados por comidas rápidas y procesadas. Los médicos destacan asimismo que los mexicanos tienen estilos de vida cada vez más sedentarios que giran en torno a sus autos y la televisión.
Las estadísticas revelan que el problema de la gordura es alarmante. Según cifras oficiales, entre el 2000 y el 2006 hubo un aumento del 24% en los casos de hipertensión y la diabetes tipo 2, que se cree está relacionada con una mala dieta, registró un incremento del 31%.
Las empresas invierten mucho dinero en la publicidad de alimentos poco saludables, indicó Margarita Safdie, investigadora del Instituto de Salud Pública.
"No es que la comida saludable sea mucha más cara. Lo que pasa es que las calorías se hicieron más baratas y la industria hace un esfuerzo para darle al consumidor más por menos", expresó Safdie. "Por ejemplo, una compañía de bebidas anuncia que por cada dos sodas (gaseosas) que uno compre te dan un agua gratis, cuando debería ser al contrario".
Alvaro Lozano, quien tiene un puesto de tacos en la capital, donde la gente hace cola para comprar carnes grasosas envueltas en tortillas de maíz y acompañadas por gaseosas, dice que a sus clientes les interesa más el bolsillo que la salud.
"Por eso es que comen aquí. La comida no es cara y es muy rica", afirmó.
A los mexicanos les gusta mucho la comida rápida.
"Es buena y a veces no tengo ganas de cocinar", comentó Ana López, ama de casa de 35 años, mientras comía en un Kentucky Fried Chicken de la Zona Rosa.
Antes de su revisión médica, León había adquirido malos hábitos. Comía tacos, hamburguesas y lo que le preparase su esposa, y no hacía ejercicio.
"Por ejemplo, cuando iba a un edificio, aún si tenía que ir al primer piso, tomaba el elevador", indicó.
Pero todo cambió cuando se sumó a la campaña "Vamos por un millón de kilos".
La campaña fue inspirada por una serie de avisos denominada "Elige estar bien contigo", ideada por el departamento de deportes de Televisa.
"Nos dimos cuenta que algunos de nuestros comentaristas deportivos eran obesos y estaban hablando sobre la salud y el deporte, algo que era un poco irónico", relató Rafael Bustillos, director de deportes de esa cadena. "Entonces decidimos hacer algo al respecto".
Televisa promovió la noción de que las empresas usen publicidades en las que se insta a la gente a comer saludable, ejercitarse y modificar su estilo de vida, señaló Bustillos. Muchos avisos muestran formas sencillas de ejercitarse, sin necesidad de ir a un gimnasio, algo que está fuera del alcance de buena parte de la población de México, donde casi la mitad de sus habitantes viven en la pobreza.
El Instituto Mexicano del Seguro Social se sumó a la campaña y comenzó a reclutar gente como León entre los pacientes de sus clínicas. Unos dos millones de personas se anotaron y la campaña logró su objetivo en apenas cuatro meses.
El programa no fija metas inalcanzables.
Se pide que rebajen "medio kilo o un kilo por semana, solamente. Más no es recomendable", dijo el doctor Ernesto Krug, director de salud pública del Instituto.
La campaña inicia ahora una segunda fase, "Vamos por más kilos", orientada a un público más amplio, incluidos adolescentes.
León bajó 18 kilos (40 libras) desde mayo. Usa las escaleras cada vez que puede y sale a caminar con su esposa al menos dos veces por semana. Aprendió a cocinar con ingredientes saludables y quiere dar un buen ejemplo.
"Le he dicho a mi hermano que haga lo que yo hice, porque tiene sobrepeso. Pero no me hace caso", expresó.
León se propone bajar otros 10 kilos (poco más de 20 libras), pero ya no se preocupa tanto de sufrir problemas cardíacos.
"(El esfuerzo) Valió la pena. Físicamente me siento súper bien y más seguro de mí mismo", manifestó.

Ejercicio ayuda a adelgazar y mejorar los músculos en ancianos

26 de septiembre de 2008
Por Amy Norton NUEVA YORK (Reuters Health) - Una nueva investigación confirma que combinar la dieta con el ejercicio ayudaría a los adultos mayores con sobrepeso a adelgazar sin perder masa muscular.
El estudio, que incluyó a 64 personas de entre 60 y 75 años con sobrepeso u obesidad, halló que los que adelgazaban con dieta y ejercicio tenían una mejor aptitud física y conservaban más masa muscular que los que sólo hacían dieta. El ejercicio ayudó también a quemar más grasas para obtener energía.
Los resultados sugieren que la mejor receta para que los adultos mayores adelgacen sería unir dieta con ejercicio.
"El ejercicio sería la clave para mantener la masa muscular cuando los adultos mayores adelgazan con una dieta", dijo a Reuters Health uno de los investigadores del estudio, el doctor Bret H. Goodpaster, de la University of Pittsburgh.
Asimismo, dijo el experto, hacer únicamente dieta no proporciona otros beneficios del ejercicio, como el aumento de la aptitud física y la capacidad de quemar grasa.
Los resultados de la investigación fueron publicados en Journal of Applied Physiology.
En el estudio, el equipo dividió al azar a los adultos mayores con sobrepeso y sedentarios en tres grupos: uno recibió una dieta de bajas calorías; otro, un programa de ejercicio supervisado y el tercero, una dieta reducida en calorías más ejercicio.
A las 16 semanas, los tres grupos habían adelgazado, pero las cohortes más beneficiadas fueron los que hicieron la dieta sola o con el ejercicio.
Con todo, los que hicieron dieta perdieron mucha más masa muscular que los que realizaban ejercicio. Es más, el equipo halló que los dos grupos que hicieron ejercicio mejoraron su aptitud física y potenciaron la capacidad para quemar grasa.
Preservar la masa muscular es muy importante para los adultos mayores porque la fragilidad aumenta el riesgo de discapacidad y enfermedad.
Aunque bajar de peso le hace bien a las personas con sobrepeso u obesidad, también induce la pérdida de masa muscular, un problema que se puede contrarrestar con ejercicio habitual.
Goodpaster recomendó que los adultos mayores que quieren empezar a hacer ejercicio, consulten primero al médico y se realicen un examen físico de rutina.
FUENTE: Journal of Applied Physiology, septiembre del 2008

OBESIDAD Y MENOPAUSIA

La obesidad es causa de una considerable morbilidad y mortalidad, tiene un profundo impacto negativo sobre la calidad de vida, y se ha convertido en un problema social. Se considera que hay un exceso de peso cuando el IMC (índice de masa corporal) está entre 25,1 y 29,9 kg/m2 y obesidad a partir de 30. Sin embargo, teniendo en cuenta la morbilidad y mortalidad en función del peso, el IMC ideal debería estar en torno a los 22 kg/m2.
El organismo puede acumular una cantidad prácticamente ilimitada de grasa que produce trastornos serios en prácticamente todos los sistemas del organismo, especialmente cuando se acumula en el tronco. Los primeros síntomas pueden ser disnea por la acumulación de grasa intraabdominal que limita el espacio para los movimientos ventilatorios pulmonares. El segundo aspecto que aparece con un ligero exceso de peso es la sobrecarga sobre el sistema osteoarticular de las extremidades inferiores que pueden agravar una artrosis. Además, el sobrepeso produce mayor riesgo de cicatrización de las heridas postquirúrgicas y de infección de las mismas. La obesidad está relacionada con enfermedades como la diabetes mellitus tipo 2, hipercolesterolemia e hipertrigliceridemia, enfermedad cardiovascular, hipertensión, accidentes cerebrovasculares, colelitiasis, síndrome de apnea del sueño y cáncer. Además, la obesidad produce alteraciones emocionales y sociales, estrés psicológico y discriminación social.
Las relaciones entre tejido adiposo, masa muscular y tejido óseo son de especial importancia en el climaterio. Mediante estudios de absorciometría de doble fotón se ha demostrado que las mujeres postmenopáusicas sufren un aumento en la proporción de grasa en el tronco o de tipo androide y del cociente grasa del tronco/grasa de las extremidades inferiores, sin que se produzca un aumento significativo de la masa grasa corporal total.
La obesidad está asociada con factores de riesgo cardiovascular tales como hipertensión arterial, dislipemias, intolerancia a los hidratos de carbono, ateroesclerosis y cardiopatía isquémica. Posiblemente el factor integrador causal es la resistencia a la insulina y el hiperinsulinismo.
Los estrógenos participan de alguna forma en la distribución corporal de la grasa. El THR reduce la obesidad central y modifica los indicadores de riesgo coronario en las mujeres menopáusicas.
El ejercicio físico moderado y regular es de una gran importancia para reducir el riesgo cardiovascular de la mujer climatérica. En las mujeres menopáusicas sedentarias con ligera hiperlipemia, sin THR y sin adicción al tabaco, el ejercicio moderado durante unos 55 minutos diarios durante seis meses disminuye el colesterol total, triglicéridos, el peso y la masa grasa a pesar de no modificarse los hábitos alimenticios.
Ref.: http://www.elsiglodetorreon.com.mx/ - 5 de Octubre de 2008



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